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Aventuras de la razón en tiempos de cerrazón

Esta semana estamos analizando las nuevas ideas que proporcionaron los ilustrados en el siglo XVIII. Como nos cuenta Galeano, la enciclopedia francesa, L'Enciclopédie, marcó con su sello el Siglo de las Luces. El Papa de Roma mandó quemarla y dictó la excomunión de quien tuviera algún ejemplar de obra tan blasfema. Pese a haber pasado ya dos siglos y medio, este profesor de Historia y gran parte de su alumnado no han podido dejar de asombrarse con la invitación a seguir pensando que el escritor uruguayo nos dejó por escrito en su libro Espejos: una historia casi universal*, y que hemos podido disfrutar en euskera gracias a la traducción realizada por Txalaparta en 2013. Veamos, pues, algunas de aquellas definiciones:

   Autoridad: Ningún hombre [ni mujer, digo yo] ha recibido de la naturaleza el derecho de mandar sobre otros [y otras].

   Censura: No hay nada más peligroso para la fe, que hacerla depender de una opinión humana.

   Clítoris: Centro del placer sexual de la mujer.

  Hombre: El hombre [y la mujer, sigo diciendo yo] no vale nada sin la tierra. La tierra no vale nada sin el hombre [y sin la mujer].

  Esclavitud: Comercio odioso, contra la ley natural, en el que unos hombres compran y venden a otros como si fueran animales.

   Orgasmo: ¿Existe algo que merezca tanto ser logrado?

 ¿Qué os ha parecido? Pues sí, los veintisiete volúmenes de la Enciclopedia se publicaron entre los años 1751 y 1772. Harriturik? Askotan ematen du kaskagogor aroa ez dela inoiz betiko joango, ezta?



* Siglo XXI, 2008, págs. 166-167.

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